martes, 11 de octubre de 2011

Él corría, nunca le enseñaron a andar


¿Qué pasa si se olvidan de enseñarte lo importante?

Si aprendes a ver, pero no a mirar; a oír, pero no a escuchar; a hablar sin decir nada; a leer sin entender, o lo peor de todo: Si no sabes vivir sin disfrutar. Son esa clase de pequeños matices que todos pasamos por alto, porque los damos por hecho, ya que son una insignificante parte de nuestra vida. Un grande error que muchos cometemos, pero como todo, el mundo se divide en dos grupos:

La gente pequeña, que no se fija en los detalles de su tamaño. Esas personas que no se permiten el lujo de observar algo por la falta de tiempo, y se dedican a mirar todo por encima. Que se preocupan más de planear su vida que de vivirla.

Los grandes, son aquellos que advierten en esos mínimos detalles, que creen que un mi encaja más en la melodía que un fa, que distinguen los mil y unos tonos de azul de una noche bañada en la oscuridad o que te cuentan una historia sin quererlo. No tienes que ser un genio de fama mundial para entrar en este grupo tan solo tienes que aprovechar el momento, si prestas atención a lo que te rodea descubrirás cosas increíbles.

jueves, 14 de julio de 2011

Life is a Cabaret


Liza Minnelli lo dijo una vez: La vida es un cabaret. Entras allí y te olvidas de tus preocupaciones, tú ajetreada vida de facturas y problemas se queda en la puerta de la entrada esperando a que acabe el espectáculo, mientras tú te diviertes. Una vez acabada la representación el mundo real te da la mano y te pregunta qué tal lo has pasado, y durante un instante, un fugaz instante, recuerdas todos los bailes, todas las copas, y todas las risas que te hicieron olvidar de que la vida real te estaba esperando ahí fuera, ansiosa de contarte todos sus problemas. Lo ideal sería vivir eternamente en esa vida sin preocupaciones donde cada etapa de la vida es un diferente número musical con los mismos artistas pero distinta coreografía. En mi opinión es difícil vivir así, siempre habrá problemas que te atormenten pero, no pasa nada por intentarlo. La vida es corta, solo hay un paso de la cuna a la tumba y ese paso, hay que vivirlo. Neil Amstrong lo vivió en la luna; Cristobal Colón, en América y yo… ¡Quiero vivirlo en un cabaret!


''And I love a Cabaret''

lunes, 11 de julio de 2011

What have I done!?


Dolor. Dolor de cabeza, amortiguado por una almohada de plumas. Eso fue lo primero que sentí al levantarme.

Me encontraba tumbada de lado, mirando auna pared desconocida, en una habitación desconocida, en una almohada desconocida y seguramente con una persona desconocida. ¿Qué fue lo último que hice anoche? Me acuerdo cómo el tequila del fondo de la botella resbalaba hasta mi vaso que pedía ser llenado de cantidades ingentes de alcohol. Cuando todavía estaba bien, estaba en un bar, en un bar country, sonaba una canción conocida en la radio y yo me atreví a subir a bailarla a la barra, con la aprobación del camarero, supongo que le haría gracia. La canción sonaba, y atraía a miles de miradas ansiosas de invitarme a otra copa más. A partir de ahí no recuerdo nada. Miles de caras, miles bailes, miles de… agh, cosas que quiero olvidar y miles

de hombres, supongo que alguno se habría llevado el premio esa noche. Tenía miedo de darme la vuelta y descubrir al ganador, así que intenté recordar más cosas.

Las imágenes me venían a la memoria y las fui ordenando poco a poco. En el momento que pasé del tequila al agua, mis nuevos amigos los cuales me habían hipnotizado con un: ‘’Hey cariño, bailas?’ y decidieron que la fiesta no acababa ahí, así que me llevaron a otro sitio, no sabría decir cuál, las vegas es demasiado grande para identificar cualquier bar. Sé que estábamos en una iglesia barata en las que te casa Elvis Presley y que decidimos cambiar el agua vendita por vodka (supongo que eso explicaba el sabor a vómito de mi boca) y entonces… Oh, no, ¡mierda! El individuo aquel con el que dormía se despertó.

- Cariño, ¿estás despierta?

Antes de mirar a mi ganador decidí mirar mi mano derecha, donde ahí estaba… ¡Joder! ¡Mierda!...


… El puñetero anillo de boda.



And I don't even know his last name.

lunes, 4 de julio de 2011

Hello teacher, tell me what's my lesson


Vulnerabilidad, un tema del que todos intentamos escapar; pero, tarde o temprano, nos tendremos que enfrentar a él.

Tenemos miedo cuando alguien saca el tema, algo comprensible, puesto que estamos mostrando nuestro punto más débil, aquel lugar en dónde nos podrían atacar hasta dejarnos cao. Seguro que más de una vez nos han preguntado nuestras virtudes, todos empezamos a hablar enseguida de ello, nos gusta sacarnos a relucir y que la gente vea lo buenos que somos; pero las tornas cambian cuando la palabra defectos sale a la luz, nos escondemos, bajamos la mirada y decimos que lo pensamos mientras somos conscientes de esos vicios que no queremos que nadie sepa, nadie, ni siquiera nosotros mismos. No voy a mentir, tenemos de que asustarnos, tenemos de que preocuparnos si alguien sabe nuestros defectos, pero en el momento en el que lo aceptemos, ese punto, esa VULNERABILIDAD se volverá nuestro fuerte. Bueno, tanto como nuestro fuerte no, pero eso sí, no nos podrán atacar ahí, jamás.



''look right trhow me, look right throw me...''

viernes, 1 de julio de 2011

Tengo que volver a escribir



Tengo que hacer tantas cosas. Tengo que ver millones de películas y miles de series, tengo que mentalizarme para el curso que viene, tengo que nadar, tengo que ponerme morena, tengo que volver a tocar la guitarra, tengo que salir y tengo tiempo; tengo todo un verano por delante.

Pero por encima de todo, tengo que volver a escribir. Me acuerdo cuando abrí el blog que mi cabeza era una fuente de ideas, cada día salía una a la luz sin miedo, no sabía por dónde empezar, pero ahora… no sé cómo empezar. Corrijo, recomenzar. Es… como re-presentar a alguien, sabes que tienes que hacerlo, pero ni cuando, ni donde, ni como, solo sabes que tiene que pasar.

Hoy viendo las imágenes que tenía guardadas, por primera vez he sentido nostalgia de cuando escribía, así que me he dicho: Nunca es tarde para recomenzar, así que…

ALONSI

[Continuará… espero]

miércoles, 9 de marzo de 2011

¿Me concedes este baile?


La música empezó a sonar, era lenta, pausada y rítmica. Salía por los altavoces hasta llegar corriendo a mis oídos para deleitarme con sus notas. Miré a mi alrededor, los restos de la celebración estaban tirados en el suelo, descansado por la larga fiesta que habían pasado, las flores, que se encargaban de la decoración de la sala, estaban deshojadas; fue una gran boda. La gente se había ido poco a poco hasta dejarnos a la música y a mi completamente solas. Las mesas seguían con el espíritu de lo que fueron, todavía se podía escuchar cómo la gente se reía y gritaba el conocido viva los novios, esos novios que nadie sabía dónde quedaron. Pero unos pasos interrumpieron mi soledad y se apoyaron en mi espalda dejando que una sola palabra acompañara a las notas hasta mis oídos: ¿Bailas? Sin ninguna retención me levanté de la silla dejando que el frufrú de mi vestido hiciera juego con la melodía y empezamos a bailar. Sus manos cogieron mi cintura, mis brazos se rodearon su cuello y nuestros ojos se hundieron en los del otro. Fue el mejor baile de mi vida, no teníamos prisa, el tiempo nos había concedido unos minutos de tregua; tampoco nos invadió la presión de las mil y una miradas que se fijaban en cada movimiento, en cada paso que tomábamos. Cambiamos de posición, la mano que estaba apoyada en mi cintura se deslizó hacia su cuello y tomó la mía pero sin antes darme una vuelta para que mi vestido cobrara vida. Era un baile perfecto conocíamos los movimientos del otro, sabíamos lo que teníamos que hacer, nuestros pies estaban totalmente coordinados: “Pie derecho adelante, paso a la izquierda, giro y vuelta a sus brazos…” Y así hasta alcanzar la perfección. Los dos lo pasábamos mal cuando había algún giro porque queríamos estar el mínimo tiempo separados el uno del otro, cuando ese giro infinito acababa me volvía a hundir en sus brazos para que me envolvieran con su ternura. Su cabeza se acercó a la mía y me dijo con el tono más bajo que pudo para no molestar a la música:

- Ha sido una gran boda. Y tu una gran novia.

Le quise corregir diciendo que había sido un gran baile, pero en vez de eso le besé como respuesta.


Y ahí seguimos durante muchos minutos, bailando, sin darnos cuenta de que la música había acabado hace tiempo.

domingo, 27 de febrero de 2011

Serendipity


Jonathan Trager, el destacado productor de la ESPN, murió anoche a causa de las complicaciones surgidas al perder a su alma gemela y a su prometida. Tenía 35 años. De voz suave y obsesivo, Trager nunca tuvo el aspecto de un romántico. Pero, durante los últimos días de su vida desveló una parte desconocida de su mente. Esa persona oculta, casi junguiana, emergió durante la búsqueda, en plan Agatha Christie de su ansiada alma gemela. Una mujer con la que sólo pasó unas pocas horas preciosas. Tristemente, la prolongada investigación terminó la noche del sábado en un completo y absoluto fracaso. Pero a pesar de la amarga derrota, el valiente Trager seguía aferrado a la creencia de que la vida no es meramente una serie de accidentes o coincidencias sin sentido, si no, más bien, un tapiz de acontecimientos que culminan con un plan exquisito y sublime. Cuando le preguntaron sobre la pérdida de su amigo, Dean Kansky, ganador de un premio Pulitzer y director ejecutivo del New York Times describió a Jonathan como un hombre nuevo en los últimos días de su vida. "Veía las cosas con más claridad" - observó Kansky. Al final Jonathan concluyó que, para poder vivir en armonía con el Universo, todos nosonosotros debemos poseer una poderosa fe en los que los antiguos llamaban fatum, lo que comunmente calificamos como destino...



Serendipity, suena mejor de lo que dice... accidente afortunado, no creo en los accidentes.

jueves, 24 de febrero de 2011

Mi viejo paraguas de colores


Miré al cielo y lo único que vi fueron nubes. Todo el cielo estaba inundado de tonos grises que amenazaban con romperse para dar paso a la lluvia. Solo quería salir de casa, olvidarme y dejar que el aire me enredara el pelo a su gusto y unas pocas gotas de agua no me lo impedirían, así que cogí mi viejo paraguas de colores y marché a la aventura.

No tenía rumbo fijo, solamente quería andar a mi aire, salir y despejarme, que la única presión que hubiera fuera la que se cargaba en el aire poco a poco. El paisaje no era el adecuado para animar a una persona, era feo, gris, oscuro, creo que la palabra exacta es deprimente. Todo el mundo estaba bajo el techo iluminado de sus casas y yo, como una idiota estaba bajo esa capa de nubes que me miraban fijamente amenazándome con mojarme. El único sonido que se oía era el de mis zapatos chocando contra el suelo una y otra vez, miré mis zapatos y me di cuenta de que el cordón verde fosforito y el paraguas que llevaba en mi mano era lo más colorido del paisaje.

Como auguraba las nubes cumplieron su promesa, empezó a llover y el paraguas desempeñó su trabajo y me protegió de las malvadas gotas de agua. Ya si que no tenía rumbo, el camino gris se había difuminado con la lluvia que resbalaba por el… como dije antes, deprimente. Entonces tuve una gran idea, miré al cielo; pero no a esos nubarrones que estaban descargando, si no, a mi viejo paraguas de colores que me había acompañado tantas veces. Empecé a darle vueltas, los colores pasaban fugazmente por mis ojos: Naranja, amarillo, rojo, azul, verde… Esos colores visitaron mi cabeza que ya no era tan gris, se iba llenando de todos los colores del paraguas y entre ellos hacían una fiesta, una bonita fiesta a la que estaban invitados mis recuerdos. Y sin venir a cuento… Zas! Lo paré. Y el ganador es… ¡Verde!

Verde… esperanza.

martes, 1 de febrero de 2011

You need a friendly hand... I need ACTION!

ANTES DE LEER!

Puede que este texto os parezca un tanto extraño... pero si veis la película de ''The Rocky Horror Picture Show'' lo entenderéis todo ;)



Quería venganza, en esos momentos Rocky estaba delante, frente a mí sin nada más que una sutil ropa interior y en la única persona que podía pensar era en Brad, mi amado, mi prometido. Brad me había jurado su amor eterno cuando decidió entregarme ese anillo de compromiso, y ahora todas esas promesas se desvanecieron al mismo tiempo que su virginidad, pero no que la mía.

Rocky me miraba fijamente, sabiendo que algo pasaba por mi entretejida cabeza de mujer, cosas tan complicadas que ni el hombre más inteligente del mundo comprendería. Aunque la verdad, no era tan difícil, únicamente quería represalias, tomadas en forma de satisfacción que estaba delante de mí, pero con el pelo rubio y ojos azules. Sabía que estaba mal, que no lo debía de hacer, siempre me enseñaron a ser una señorita. En el fondo no lo quería hacer, pobre Brad… Pero… ¿Quién se supone que nos obliga a dejar la diversión a un lado? Así que pase mis manos alrededor de su cuello mientras le rodeaba con las piernas. Creo que Rocky intuía que no estaba segura del todo y se apartó algo, pero en cuanto usé mis encantos de mujer, no se pudo resistir. Lo último que recuerdo fue nuestra caída a la cama y una manta rodeándonos y luego…

¡¡BRAD!!