martes, 28 de septiembre de 2010

Mario Bross


Derecha, B, A, Derecha, A, A, Derecha, B, Izquierda, A, Derecha y A.

No entiendo cómo puede alegrar tanto el día el simple hecho de ayudar a un fontanero a rescatar a su princesa.





Pero la verdad me gusta ayudar a la gente, sobre todo si es bajita, tiene bigote y va de rojo.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Esto es lo que hago, esto es lo que soy

Me dedico a vivir, a soñar, a reír, a disfrutar, a sonreír, a querer, a amar.


Me dedico a ver películas, a llorar con ellas, a leer, a emocionarme, a correr, a jugar, a escribir, a hablar, a dormir, a ser optimista, a animar, a recordar, a ver fotografías, a bailar, a cantar (aunque sea mal), a asentir, a probar, a experimentar, a ser de ciencias, a ayudar a gente, a quedar, a aprender, a esperar, a dar, a recibir, a observar.


Me dedico a intentar no caer, a recaer, a sufrir, a llorar, a mirarlo todo negro, a encerrarme, a buscar, a encontrar y a levantarme de nuevo para volver a vivir, a soñar, a reír, a disfrutar, a sonreír, a querer, a amar.




Me dedico a muchas cosas, pero ahora me dedicare a ser feliz.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Por las noches antiguas y la música lejana

No me gusta llorar con las películas. Me siento tonta. Lloro por una situación que no es real, por la vida de una persona a la cual no conozco. Pero eso si, con cada película que lloro, guardo un especial recuerdo sobre ella, porque ha conseguido hacerme sentir lo que solo unas pocas personas pueden hacer.

Recuerdo que cuando era pequeña mi hermana me recomendó ver La Princesita, la película trataba de una niña rica llamada Sara que se quedaba huérfana porque su padre se fue a luchar a la guerra. Su padre realmente no murió, pero sufría amnesia; cuando se iban a llevar a Sara, él, seguía sin poder recordarla. Sara no podía parar de gritar, me transmitía tal desesperación.

También me viene a la mente Moulin Rouge. Un pobre escritor que se enamora de una cortesana, una historia de amor imposible, hasta que deciden fugarse, pero ella está enferma y finalmente muere en los brazos de él. Sabía que estaba al otro lado de la pantalla y que no era real, pero me causaba tal impotencia...

Varios títulos más me vienen a la cabeza Pearl Harbor, Los chicos del coro, El diario de Noah, Escucha mi voz, Tomates Verdes Fritos...


Y estoy aquí, a las dos y media de la mañana escribiendo, con restos de lágrimas en los ojos, porque acabo de ver una película que me ha hecho llorar como ninguna otra lo había hecho antes. Sabía como iba a acabar, lo dijeron al principio. Era una típica película de amor.

Quedaban unos seis o siete minutos para el final y pensé : Bueno, es una película bonita, pero tampoco es de llorar. Cuando quise darme cuenta miles de lágrimas se escapaban por mis ojos, no sabía como parar.


Ya ha pasado media hora y mis ojos todavía no están secos






Los viejos sueños, eran buenos sueños. No se realizaron, pero me alegro de haberlos tenido. (Los puentes de Madison)

viernes, 10 de septiembre de 2010

Lluvia


Estábamos los dos quietos, de pié, uno frente al otro, mirarnos era una tarea muy difícil puesto que no nos atrevíamos, hasta que sin pretenderlo, nuestras miradas se cruzaron y no pudimos volver a separarlas. Mis ojos marrones miraron a los suyos azul mar, estuve nadando en ellos durante unos cuantos segundos hasta que… empezó a llover. Los dos miramos al cielo y luego, me habló.
- Allie… Deberíamos volver a casa.
¿Volver? Estaba loco, levanté la cabeza para que la lluvia empapara suavemente mi cara. Me di cuenta de que se estaba alejando hacia un sitio en el que poder resguardarse hasta que respondí.
- No, por favor. Quédate un momento más conmigo.
No sé por qué, pero me acompaño en mi locura. Estuvimos bajo la lluvia un buen rato, hasta que volvió a hablar.
- ¿Por qué te gusta tanto la lluvia?
Era una pregunta extraña, pero la sabía responder.
- ¿Por qué? – en ese momento le dediqué una sonrisa que él sabía que llevaba su nombre.- Porque es un momento en el que… no sé, mira a tu alrededor, no hay nadie. A nadie le gusta la lluvia, es una buena compañía cuando quieres estar sola.
- ¿Sola?
El mar de sus ojos volvió a mirarme y esta vez sabía para que era, se fue acercando lentamente a mí hasta que sus labios rozaron los míos y yo, le correspondí al beso.
En ese momento, empezó a amainar.







Nota: Inspiración me recomendo ver El diario de Noa.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Lágrimas


No lo pude evitar, no sé ni cómo pasó, ni en qué momento ocurrió, solo sé que no podía parar de llorar. Miles de lágrimas intentaban escapar por mis ojos luchando por recorrer mi cara hasta llegar a mi barbilla y tirarse al vacío. Cada poco les interrumpía la carrera pasando la manga de mi sudadera por mis mejillas, pero ni con esas podía evitar que mojaran mi cara con un poco de agua con sabor a sal.


Es una sensación extraña, pero la verdad, me gusta llorar de Felicidad.